IMG-20160316-WA0001Convertir las necesidades de Maslow en decisiones personales intensifica la capacidad de influir sobre nuestra realidad individual, o lo que es lo mismo, aviva la percepción de control sobre nuestras propias vidas.

Somos en gran medida responsables de nuestro ascenso por el interior de esta pirámide que lleva décadas acompañándonos en nuestro fantástico viaje para comprender el comportamiento humano.

Los cinco verbos (ser, hacer, crecer, ganar y liderar) resultan suficientemente atractivos como para que nos paremos a pensar si en cada momento de la ascensión estamos optando por la mejor opción. Y la mejor opción no es otra que aquella que encaja con lo que cada cual aspira. Y aquí radica una de las maravillas del ser humano: no somos libres de hacer lo que queramos, pero sí somos libres de DECIDIR hacer lo que queramos, lo que significa que debemos asumir las consecuencias de esa decisión.

IMG-20160316-WA0001También he de decir que la ruta seleccionada en cada nivel en mis diferentes épocas de la vida ha sido bien distinta, lo que me ha llevado a replantearme si efectivamente supe acompañar correctamente a cada uno de estos verbos en ese camino imaginariamente ascendente hacia uno mismo.

Una de las ventajas de esta propuesta es que podemos bajar y subir indistintamente, dependiendo del tipo de decisión que tengamos que tomar en cada momento. Replantearse quién es uno, qué hacer, que ganar, en qué crecer y qué liderar es un vaivén de decisiones que hacen de la vida una montaña rusa.

Aplicado a la empresa, el resultado de este planteamiento no deja de ser tremendamente sugerente: qué espero ser en la organización, qué hacer, qué ganar, en qué crecer y qué liderar. Preguntas cuyas respuestas diseñan el camino a recorrer.

Invito al lector a tomar sus decisiones y a utilizar como guía esta propuesta. Ojalá que este pequeño ejercicio sirva para sacar conclusiones que nos faciliten tomar mejores decisiones.