Poco que añadir a la imagen que acompaña este post. Desconfío de las empresas que demandan confianza, que alardean de ella mientras los empleados se sonrojan.
Y también desconfío de los empleados que han convertido su trabajo en su búnker, en su coto, en su propiedad.
La confianza se gana, no se solicita, demanda o reclama. La confianza es la consecuencia de un trabajo bien hecho, no una declaración de intenciones.
