euskera--He contratado un fotógrafo para que me acompañe a difundir una idea extraordinaria. Su cometido no es retratar la idea, ya que las ideas, si no encuentran destinatario, sobrevuelan un instante, caen al suelo y las pisamos sin oír el chasquido de sus palabras, que ya han dejado de respirar. Lo que espero es que capte, en el momento exacto, el gesto de quien recibe la idea al desnudo: el euskera será el motor económico de Navarra.

Destripemos la frase empezando por el sujeto, el euskera. Sus características únicas y su capacidad de sobrevivir a situaciones que ni el Partenón,  coloca a Navarra en un referente mientras aquí seguimos enfrascados en debates tremebundos como si fuera un idioma armado o un idioma a liquidar.

Ahora abordemos el predicado: motor económico de navarra. Hagamos un ejercicio de deconstrucción al estilo Ferrán Adrià. El euskera es una colección de palabras, algo así como los ingredientes de un plato que está en nuestras manos convertirlo en alta cocina.  Y ahora dejemos que las palabras asociadas al euskera tracen su propio argumento sin la intervención humana (no molesten): el euskera es un idioma, por lo tanto lenguaje, y el lenguaje es comunicación, y comunicación es conocimiento y conocimiento es investigación e investigación es desarrollo y desarrollo es crecimiento y crecimiento es innovación e innovación es cultura y cultura es futuro. ¿Ven qué fácil es dejar que la lógica de las palabras diseñe su propio argumentario sin intromisiones?

Ahora subamos a lomos del verbo “será”, que como buen verbo nos impulsa a la acción. Ha llegado así el momento de transformar esta lógica en una estrategia de generación de riqueza: convertir a Navarra en el centro y el escaparate de todas las iniciativas más importantes a nivel europeo en relación al lenguaje, la comunicación, el conocimiento, la investigación, el desarrollo, el crecimiento, la innovación y la cultura, y siempre a partir de un elemento aglutinador que da sentido a toda esta peripecia: el euskera. Se acabaron los Circuitos de Los Arcos, los Navarras Arenas, las torres de control para que el controlador aéreo trabaje con un ojo en cada torre, basta de intentar ser como todos para al final no ser nada. ¡Dios mío cómo disfruta el fotógrafo!

Gran parte de la estrategia de crecimiento de Navarra debiera por ello integrarse en esta lógica, empezando por convertir la UPNA en la universidad referente en lenguas, comunicación, tecnología e innovación; y desarrollando iniciativas de investigación, de inversión en tecnología, conocimiento, cultura, arte, turismo, etc. ubicándolas en las distintas merindades de la Comunidad.

El actual Gobierno de Navarra ha tenido un pequeño lapsus y no menciona al euskera en el proyecto estratégico S3 de Especialización inteligente para Navarra. Siempre hay tiempo para correcciones.

Y si no lo hacen, ya somos varios quienes creemos en tres cosas: La innovación transforma de manera irreversible la realidad, la visión es el primer paso en la conquista de lo imposible y el trabajo duro convierte lo imposible en inevitable. Así que estamos buscando la manera de financiar un plan de negocio para buscar inversores por el mundo que pongan sobre la mesa del gobierno de turno millones de euros y un plan de inversión bajo la condición de que todos los partidos firmen un acuerdo para llevar adelante el proyecto en los próximos quince años sin rechistar. Va a ser que la solución a Navarra va a venir de Suzhou, Shaoguan o de Changzhi.

De paso les invito a que monten a lomos de estos verbos en euskera que encabezarán el listado de los más utilizados en euskera si nos sale bien el viaje a China: Innovar, berritu; desarrollar, garatu; construir, eraiki; transformar, eraldatu; mejorar, hobetu

Parece que el fotógrafo se relame los labios con tanto gesto raro en los lectores. Le da ya para una exposición.