La empresa es el hábitat natural para las responsabilidades. Abundan, se sienten a sus anchas revoloteando por ahí y, sobre todo, sin ellas el ecosistema languidece. Es más, podemos definir una empresa como una colosal congregación de responsabilidades distribuidas entre la gente y agrupadas en eso que llaman puesto de trabajo.

De las diferentes medidas existentes del quehacer (la misión, las funciones, las tareas, las actividades, el ñoqui, el instantón), la responsabilidad se presenta como la más adecuada para aplicar a las personas. Mientras las organizaciones contengan gente dentro habrá responsabilidades. Lo que ya no se puede garantizar es que el resto del quehacer troceado en unidades menores (las actividades, tareas, funciones, etc.) no sea engullido por la automatización. No nos engañemos: si fuera posible automatizar todo el quehacer de una organización, el empresariado se decantaría entusiasta por esa automatización. Las personas, concebidas equivocadamente como máquinas, son y serán siempre las más imperfectas, las que más errores cometen y más costoso resulta su mantenimiento.

_MG_8712Enceguecidos por las reminiscencias de una manera de entender la actividad humana proveniente de la era de la industrialización, esa obsesión por describir al detalle lo que cada cual debe de hacer, nos mantiene en una cultura de la descripción de puestos y funciones totalmente ineficaz y reductora del potencial humano a su mayor o menor ajuste a lo descrito. Una serie de reglas y principios obsoletos, y que se describen en este bloque, sustentan un modelo ineficiente que desordena el trabajo cuando más aparenta ordenarlo.

Consensuar un modelo de definición de responsabilidades, atender a las responsabilidades compartidas, convertir las competencias en responsabilidades, y éstas en objetivos, o reivindicar una manera respetuosa de definir el quehacer de cada persona en una organización, de tal modo que cada individuo sea concebido a priori como un ser inteligente, flexible, autónomo y con tendencia a hacer las cosas mejor y mejorar, son propuestas que buscan desarrollar el escenario más adecuado para que las personas den lo mejor de sí.